La marihuana, tan denostada en los Estados Unidos, es sinónimo de droga hippie o ilegal, pero ahora podría ser un ingrediente clave en la elaboración de medicamentos.
La Administración de Alimentos y Medicinas de Norteamérica (FDA), certificó los primeros remedios basados en la planta de cannabis. De acuerdo con los desarrollos científicos y académicos y con el sostén de firmas dedicadas a la biotecnología, las farmacias norteamericanas podrían apostar a la venta de los incipientes fármacos.
Si bien el Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA) considera que esta droga carece de valor médico y es, además, peligrosa, es probable que este discurso carezca de argumentos sólidos.
Históricamente, la planta de cannabis ha sido utilizada en diversas sociedades por sus propiedades medicinales. Por otra parte, hay medicamentos que no deberían ser de venta libre por sus efectos nocivos contra el organismo. Pero de eso no se habla ya que tanto el negocio de las drogas ilegales como el de las drogas legales apunta a enriquecer a las mismas firmas así como a determinados agentes del circuito ilícito.
GW Pharma es un laboratorio de origen británico que se encuentra experimentando con medicaciones desarrolladas ya no a partir de equivalentes sintéticos a la planta, sino directamente tomando las sustancias psicoactivas originales de la marihuana en estado puro.
Sativex es el nombre comercial de un preparado farmacéutico obtenido del cannabis, que ya ha sido declarado apto en Canadá, Nueva Zelanda y ocho países europeos para tratar a los pacientes con esclerosis múltiple.
Los efectos comprobados de las sustancias delta 9-THC y Cannabidiol (CBD) permitirían aplacar las convulsiones musculares provocadas por la esclerosis múltiple, así como también reducir los niveles de dolor en pacientes con cáncer.
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