jueves, 9 de junio de 2011

‘Coffeeshops’, terreno prohibido para extranjeros

Holanda. -El ministro holandés de Seguridad y Justicia, Ivo Opstelten, es partidario de la introducción de pases para visitantes de ‘coffeeshops’, lugares donde se puede comprar legalmente droga blanda, con el fin de excluir así a los clientes extranjeros.

El Gabinete ya ha aprobado el plan, ahora falta que lo haga el resto de Holanda. Previamente, Opstelten había propuesto distribuir un pase entre las mujeres que ejercen legalmente la prostitución, idea que no progresó.

En el pasado, el responsable de Seguridad y Justicia se desempeñó como alcalde de Rótterdam, donde se destacó por su enérgica actuación. Con la introducción del ‘pase de marihuana’ (el ministro prefiere llamarlo “tarjeta de club”), se propone atacar el crimen organizado en torno a los ‘coffeeshops’ y evitar que los clientes provenientes del extranjero perturben el orden público.

Discriminación

Jan Brouwer, catedrático de Derecho General en la Universidad de Groninga, ha profundizado en el tema de la política de tolerancia holandesa con respecto a la droga blanda. En su opinión, excluir a los turistas extranjeros de los ‘coffeeshops’ es contrario al artículo uno de la Constitución Holandesa, que prohíbe la discriminación. “No es que nunca se pueda actuar en contra de ese artículo,” reconoce, “pero se necesitan razones objetivas y justificadas. ¿Cuáles son en este caso? El ministro dice que los extranjeros causan disturbios en la vía pública. Pero nosotros preguntamos: ¿acaso los holandeses no los causan?”

Comercio callejero

Los ‘coffeeshops’ en las grandes ciudades y en localidades fronterizas con Alemania y Bélgica son los que atraen más extranjeros en busca de cannabis. Estos municipios se oponen, por gran mayoría, a la introducción del pase, por temor a un incremento mayúsculo del comercio ilegal. Si se introdujera el sistema de pases, los turistas pueden eludirlo comprando su droga en la calle, y así aumentará el comercio callejero, advierte el profesor Brouwer.

“Naturalmente, siempre es posible eludir el sistema de pases,” señala el experto, “y si, efectivamente, se introduce, proliferará el comercio en la calle, con seguridad en ciudades como Ámsterdam, donde no hay manera de detenerlo. Es una ilusión creer que se puede erradicar.”

Marihuana: una atracción turística

El alcalde de Ámsterdam, Eberhard van der Laan, asegura que no cuenta con suficientes recursos para combatir un eventual incremento del comercio callejero de drogas blandas en caso de que se introdujera el sistema de pases. Anualmente, señala el gobernante, unos 4,5 millones de turistas extranjeros visitan Ámsterdam, de los cuales más de un millón también frecuenta los ‘coffeeshops’. En tal caso, la mayor parte de esos visitantes recurrirían al comercio ilegal en la calle.

Según los planes propuestos, los ‘coffeeshops’ se convertirán en clubes cerrados con un máximo de 1000 a 1500 miembros, exclusivamente holandeses, que recibirán una tarjeta de socio. Los municipios pueden reducir el número máximo de miembros, pero en ningún caso aumentarlo. La iniciativa del ministro contempla la implementación del sistema dentro de unos 3 ó 4 meses, comenzando en el sur de Holanda, junto a la frontera con Bélgica, y luego en las demás provincias.

Draconiana

El presidente de la Plataforma de Empresas de Cannabis Holanda, Willem Panders, considera las medidas ‘draconianas y absurdas’. En efecto, el sistema no sólo impide el ingreso no sólo a turistas extranjeros, sino también a los holandeses que se encuentren lejos de su ciudad. Una persona de Groninga, por ejemplo, que visite Maastricht y desee comprar un poco de marihuana, no podrá hacerlo porque no es socio de ningún ‘coffeeshop’ de esa ciudad. ¿Podrá esperar alguna condescendencia de parte de los ‘coffeeshops’? Panders lo duda, aunque no descarta que alguno lo haga, pero, precisa, “sería lo mismo que vender droga a un joven no tenga dieciocho años pero se ve bastante adulto. En ese caso, se pone en riesgo la empresa y no creo que un ‘coffeeshop’ lo haga fácilmente.”

A los turistas extranjeros y los holandeses lejos de su ciudad les queda todavía una última carta. La decisión del Gabinete de introducir el sistema de pases no es definitiva. Queda aún por ver cuál será la decisión del Consejo de Estado en un conflicto planteado entre el municipio de Maastricht y un ‘coffeeshop’ que se niega a excluir a los extranjeros. El veredicto se espera para principios de julio.



Fuente RadioNederland

Personalidades de todo el mundo proponen legalizar el consumo de marihuana

Los Estados del mundo y la Organización Naciones Unidas no pueden seguir derrochando recursos públicos en una costosa guerra global contra las drogas que ha fracasado en la práctica. Para derrotar a los narco carteles y ayudar a los consumidores hay que legalizar las drogas, y sobre todo despenalizar el consumo de cannabis y hoja de coca, recomiendan 19 personalidades del mundo académico, político y cultural.

La “Guerra global a las drogas ha fracasado”, sentencia el Informe 2011 de la renombrada Comisión Global de Políticas de Drogas (CGPD) integrada por 19 destacados líderes sociales de la talla del ex secretario General de la ONU Kofi Annan, los ex presidentes de Brasil Fernando Henrique Cardoso, de México Ernesto Zedillo, y de Colombia César Gaviria; el ex secretario de Estado de EE.UU. George Schultz, el ex alto representante de la Unión Europea para Política Exterior Javier Solana, y los escritores Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.

El propósito de la CGPD es plantear una discusión científicamente fundada acerca de las maneras efectivas de reducir el daño causado por las drogas a las personas y a las sociedades. Sus metas son revisar los supuestos básicos, la efectividad y las consecuencias del enfoque de la “guerra a las drogas”; y formular recomendaciones practicables para una reforma constructiva de la legislación y las políticas mundiales.

El último Informe de CGPD presentado el 2 junio demuestra con abundantes datos el rotundo fracaso de la guerra contra las drogas, y sus graves consecuencias en países productores, de tránsito y consumidores, como por ejemplo el crecimiento de un “enorme mercado negro criminal”; el desproporcionado gasto en la lucha contra esa actividad criminal; el desplazamiento geográfico de la producción de drogas; el desplazamiento del consumo hacia nuevas sustancias, y la estigmatización, marginalización y exclusión de los consumidores. (www.globalcommissionondrugs.org)

La evidencia empírica demuestra que las represivas políticas antidroga han fracasado, y de hecho han agravado la violencia asociada al tráfico ilícito. Según estimaciones de Naciones Unidas, entre 1998 y 2008 el consumo anual de opiáceos aumentó 34,5% (de 12,9 a 17,35 millones de consumidores); 27% el de cocaína (de 13,4 a 17 millones) y 8,5% el de cannabis (de 147,4 a 160 millones).

Un reciente estudio comparó los contextos regulatorios de Amsterdam, cuya política liberal de “cannabis café” (una forma de descriminalización de facto) se remonta la década del 70 del siglo XX, y San Francisco en Estados Unidos, que criminaliza a los consumidores de cannabis. (1)

La investigación demuestra que la política represiva no disuadió a los ciudadanos de fumar cannabis en San Francisco. “Nuestros hallazgos no confirman las afirmaciones de que la criminalización reduce el uso de cannabis y que la descriminalización aumenta el uso… Con la excepción de un uso de drogas superior en San Francisco, encontramos fuertes similitudes entre ambas ciudades”, concluyeron los investigadores.

Por otro lado, un grupo de académicos y expertos en salud pública con sede en la Columbia Británica hizo una revisión sistemática del impacto del incremento de la violencia relacionada a la aplicación de la ley contra el mercado de drogas en Estados Unidos y Australia. (2)

En ambos países aumentaron los arrestos, y las presiones de las fuerzas del orden tuvieron como consecuencia un considerable aumento de las tasas de homicidio y otros delitos violentos conexos, como por ejemplo la lucha entre bandas armadas por el control del comercio de drogas.

“La evidencia científica disponible sugiere que es poco probable que el aumento de la intensidad de las intervenciones de orden público para desbaratar los mercados de drogas reduzca la violencia de las bandas de drogas. Por el contrario, la evidencia existente sugiere que probablemente la violencia relacionada con las drogas y las altas tasas de homicidio sean una consecuencia natural de la prohibición de drogas, y que los métodos cada vez más sofisticados y mejor dotados de recursos para desbaratar las redes de distribución de drogas pueden involuntariamente aumentar la violencia”, concluyeron los investigadores.

También se examinaron los efectos de la represión policial antidroga en el Reino Unido, y se evidenció que “los esfuerzos de aplicación de la ley pueden tener un considerable impacto negativo en la naturaleza y extensión de los daños asociados con las drogas al incrementar (involuntariamente) las amenazas a la salud y la seguridad públicas, y alterar tanto el comportamiento de los propios usuarios de drogas como la estabilidad y funcionamiento de los mercados de drogas… (por ejemplo, al desplazar a los vendedores y actividades relacionadas a otro lugar o al aumentar la incidencia de violencia cuando los vendedores desplazados chocan con los establecidos)”. (3)

Con esos antecedentes, el Informe de la CGPD concluye que la lucha antidroga con enfoque restrictivo no solo ha sido “inútil”, sino que también desmintió “la creencia de que todos necesitamos tener exactamente las mismas leyes, restricciones y programas” antinarcóticos.

“Las convenciones de drogas requieren ser sometidas a una constante revisión y modernización a la luz de las circunstancias cambiantes y variables”, afirma la Comisión, y por tanto recomienda que se permita “a los gobiernos nacionales ejercer la libertad de experimentar con respuestas más adecuadas a las circunstancias”.

Según la Comisión, el análisis de modelos alternativos de regulación del mercado de drogas ha sido demasiado constreñido por las falsas dicotomías “duro o blando” o “represivo o liberal”. Pero es inútil seguir ignorando a quienes abogan por un mercado gravado y regulado de las drogas actualmente ilícitas; es más, “esta es una opción política que debería explorarse con el mismo rigor que cualquier otra”.

La despenalización no fomenta el consumo

Diversos estudios confirman que la descriminalización del consumo no fomenta el uso de drogas. En julio de 2001 Portugal se convirtió en el primer país europeo en descriminalizar el uso y la posesión de todas las drogas ilícitas. Muchos observadores criticaron esta política, creyendo que induciría al aumento del uso de drogas y de los problemas asociados.

La doctora Caitlin Hughes de la Universidad de New South Wales y el profesor Alex Stevens de la Universidad de Kent emprendieron una detallada investigación y demostraron que la descriminalización en Portugal no alentó el consumo, corroborando las conclusiones de un estudio anterior realizado por el Instituto CATO. (4)

El informe 2010 de Hughes y Stevens detecta un ligero incremento en las tasas totales de uso de drogas en Portugal en los 10 años posteriores a la descriminalización, pero a un nivel consistente con otros países en los que el uso de drogas permaneció criminalizado. Dentro de esta tendencia general, hubo también un descenso específico en el uso de heroína, la principal preocupación del gobierno portugués en 2001. (5)

La conclusión general del estudio es que la eliminación de castigos penales, combinada con el uso de alternativas terapéuticas para los drogodependientes, redujo la carga del sistema de justicia penal y el nivel global de uso problemático de drogas.

El estado de Australia Occidental introdujo un plan de descriminalización para el cannabis en 2004. Investigadores evaluaron su impacto comparando tendencias de prevalencia en ese estado con las tendencias en el resto del país.

El estudio fue complicado porque tuvo lugar en un periodo en el que el uso de cannabis registraba un descenso general en el país. No obstante, los investigadores hallaron que esta tendencia era la misma en Australia Occidental, que había reemplazado las sanciones penales para el uso o posesión de cannabis por sanciones administrativas denominadas “aviso de contravención”.

“Los datos de este estudio sugieren que el uso de cannabis en Australia Occidental parece haber continuado descendiendo a pesar de la introducción del Plan de Aviso de Contravención de Cannabis”, concluyó la investigación.

En 2008 la Comisión Cannabis de la Fundación Beckley de Estados Unidos comparó la prevalencia de uso de la droga en aquellos estados que habían descriminalizado el consumo con aquellos que mantenían castigos penales para la posesión. (6)

“Tomados en conjunto, cuatro estudios indicaron que los estados que introdujeron reformas no experimentaron mayores aumentos en el uso de cannabis entre adultos o adolescentes. Los estudios tampoco muestran en estos estados actitudes más favorables hacia el uso de cannabis que en aquellos estados que mantuvieron una prohibición estricta con sanciones penales”, reveló la investigación.



Fuente BolPress

Diputada de ICV pregunta al gobierno si piensa legalizar el cannabis

España.-Buenaventura, del grupo parlamentario ERC-IU-ICV, ha registrado una pregunta en el Congreso de los Diputados dirigida al Gobierno sobre este tema, para su respuesta por escrito.

En la pregunta, la diputada argumenta que la Comisión Global de Políticas contra la Droga ha señalado que “la guerra contra la droga está siendo un fracaso” por lo que dicho organismo ha aconsejado despenalizar el cannabis y rebajar las penas a los pequeños traficantes.

A raíz de estas recomendaciones, Buenaventura se ha dirigido al Gobierno para que aclare si tiene intención de suprimir el artículo 25 de la Ley Orgánica 1/1992, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, y si piensa impulsar un debate en el seno de la UE sobre las conclusiones de dicha Comisión.

Buenaventura ha calificado este artículo de “completamente ineficaz” en la lucha contra el consumo de esta planta, y ha tachado a la legislación que regula el consumo de cannabis de “prohibicionista y represora”. EFE