Colorado se ha convertido en el tercer estado de EEUU que pide una relajación en los controles federales sobre la marihuana, al pedir a la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) que la reclasifique para permitir su uso médico.
La directora del Departamento de Ingresos de Colorado, Barbara Brohl, ha enviado una carta a la DEA en la que solicita la medida, que también exigieron el pasado 1 de diciembre los gobernadores de los estados de Washington y Rhode Island, según informó hoy el diario “Denver Post”.
La petición de Colorado se basa en el argumento de que la ley federal actual, bajo la cual toda posesión o distribución de la marihuana es ilegal, dificulta la aplicación de la norma del estado que legaliza la droga para su uso con fines medicinales.
“Mientras haya una divergencia entre la ley estatal y la federal, habrá una falta de la certeza necesaria para proporcionar un acceso seguro a los pacientes que tienen enfermedades graves”, escribió Brohl en la carta, fechada el 22 de diciembre.
Como ya hicieron los gobernadores de Washington y Rhode Island, la carta pide a la DEA quitar a la marihuana de la categoría 1 de drogas, que ilegaliza su uso médico a nivel federal y es la misma que se aplica a sustancias como la heroína o el LSD.
De entrar en la categoría 2, como solicitan los tres estados, se consideraría similar a la metadona o la cocaína, de las que se contempla su valor medicinal al tiempo que se subraya su carácter altamente adictivo.
La marihuana es legal para uso médico en 16 estados del país, en los que es posible adquirir marihuana de forma regulada para paliar dolencias que van desde el cáncer hasta la esclerosis, aunque su abanico de usos, que incluye el estrés o problemas para dormir, ha terminado por convertirla en un producto más.
Según una encuesta de la firma Gallup divulgada el pasado octubre, la mitad de los estadounidenses está a favor de legalizar la marihuana.
Pese a que el apoyo a la despenalización de su uso ha ido en aumento desde el año 2000, las iniciativas para tratar de legalizar su venta más allá de los fines médicos no han prosperado.
El fracaso más sonado fue el de la llamada Propuesta 19 de California, que pretendía despenalizar el cultivo, venta, tenencia y consumo de cannabis para mayores de 21 años en ese estado, y que fue rechazada en un referéndum en noviembre de 2010 por un 56 % de los electores.
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